martes, 13 de octubre de 2009

Reflexión

Ésta es una historia de cuatro personajes llamados Todo el Mundo, Alguien, Cualquiera y Nadie. Había que hacer un trabajo importante y se pidió a Todo el Mundo que lo hiciese. Todo el Mundo estaba seguro de que Alguien lo haría. Cualquiera podría haberlo hecho, pero Nadie lo hizo. Alguien se enfadó a cuenta de eso, porque era un trabajo de Todo el Mundo.
Todo el Mundo pensó que Cualquiera podía hacerlo, pero Nadie se dio cuenta de que Todo el Mundo no lo haría. Finalmente, Todo el Mundo culpó a Alguien cuando Nadie hizo lo que Cualquiera podía haber hecho.



(Prfien, 1989)